martes, 25 de noviembre de 2014

Potencia sin control no sirve de nada

Ja, evidentemente es la frase que se me ha ocurrido en base a un slogan utilizado por Pirelli en una de sus campañas de publicidad de hace muchos años, pero no es del todo aplicable a mi ser… (porque potencia, lo que es potencia…).

El título hace referencia a la adquisición de las nuevas zapatillas de correr.

Hace ya unos dos meses tenía previsto comprar un nuevo par ya que, de los dos pares que utilizo, el más longevo se acercaba ya a los 1.000 km que marcan los especialistas como límite para la amortiguación de unas zapatillas de estas características. “¿Dos pares?” os preguntareis… Os explico.

Dado que las zapatillas tienen una duración de entre 800 y 1.000 kilómetros, existe una “estrategia” con la que te aseguras (hasta cierta medida) la no lesión por “viciar la pisada”.

En mi caso soy pronador y además se acentúa el cuidado a tener de la lesión por viciar la pisada ya que tengo un pie completamente plano, como una losa de mármol (cuando me hice la primera prueba de esfuerzo hace más de diez años para prepararme la Maratón de 2003, la médico especialista en medicina deportiva que me la hizo, Ana Vieites y una amiga que nos la recomendó, Lucía Sanz, se quedaron muy sorprendidas de que, con esta “planta” pudiera correr tanta distancia…). Dado el desgaste que va “sufriendo” el material de la zapatilla (suela y amortiguación sobre todo) la manera de evitar que cuando lleves corridos muchos kilómetros no empieces a pisar de forma incorrecta es alternando los entrenamientos de rodaje medio-largo con otras zapatilla que tengan menos recorrido, y la fórmula perfecta es comprar unas nuevas zapatillas cuando lleves con las antiguas 500 kilómetros: mediante este procedimiento, si se va corriendo las mismas distancias más o menos y se van alternando las zapatillas consigues ir progresando en el desgaste de las mismas de forma paralela, con lo que cuando llegues con las más usadas a correr 1.000 km y las tengas que tirar, las más nuevas tendrán 500 y ese es el momento de comprar otras; a partir de ahí eliminas las de 1.000 km y comienzas a alternar las de 500 km con otras nuevas que te vuelves a comprar y… vuelta a empezar.

Las que tenía ya que eliminar eran unas Asics gel 3030 (serie 3.000) que son las más adecuadas para el peso que yo he tenido durante este tiempo (75-76 kg), para los kilómetros y rodajes que hago a la semana (unas tres-cuatro salidas con un total de 45 km semanales) y para el tipo de suelo en el que entreno (entre asfalto y tierra).

Hace dos meses llegaba ya a los 850 km e intuía que tendría que retirarlas. Un compañero me aconsejó un cupón de Lets Bonus en el que Deportes Marathínez ofrecía la posibilidad de comprar equipamiento por un importe de 150 € o más y de regalo te daban la inscripción a la Maratón de Madrid.

Yo ya había estado viendo en el Factory de Asics de San Sebastián de los Reyes (donde me he comprado las tres o cuatro últimas zapatillas) que las que se adecuaban más a mi peso de ahora (74 y bajando) kilómetros a hacer y con vistas a correr la Maratón con ellas eran las Gel Kayano.

Miro su precio en la web de Marathinez y con descuento es de 152 €, con lo que perfecto. Les llamo, les pregunto si la oferta funciona y me dicen que sí, facilitándome incluso que me pase por la tienda.
Espero al fin de semana y me acerco con mis hijos a la tienda cercana a Méndez Álvaro (que es la más próxima a mi casa) pero cuando estoy allí me dicen que no se pueden acumular dos ofertas, con lo que, o me dan el dorsal pero no me descuentan lo de la zapatilla (180 € aprox) … o me descuentan lo de la zapatilla pero no me dan el dorsal (152 € de zapatilla + 65 € de dorsal = 217 € la suma de ambas cosas)… total que el asunto se me pone en un dinerillo…

No lo compro, me voy a la tienda Asics de San Sebastián de los Reyes y encuentro las Asics Kayano por 87 € (rebajadas al 50%). Si dudarlo las cojo. Sólo habrá que añadir 65 € más que me costará la inscripción (cuando la tenga os lo digo). Total que me he ahorrado como mínimo 35 €.

Para que veáis el aspecto (aparte de que ya no me queda nada de Gel en la amortiguación) de las antiguas 3030 con las que he hecho los 1.000 kilómetros justos os pongo una foto. La talonera estaba… sin comentarios. Y de hecho ya notaba yo en alguna salida que hacía con un rodaje más largo una cierta molestia en el isquiotibial izquierdo (evidentemente de desgaste de la zapatilla).

Y para que quede constancia del nuevo par… también os pongo una foto. 

Cuando comience el rodaje os cuento qué tal porque supongo que se notará algo el tener en los (como diría Gomaespuma) “pieses “ las mejores zapatillas del mercado de Asics para correr-entrenar (pero eso ya será otro día).


El siguiente post: el plan de entrenamiento.